Se centra en la comprensión de la arquitectura que hace pensar a la gente porque con la arquitectura sucede lo mismo que con la gente. ¿Qué hace a una persona atractiva? Su carisma, su físico, sus movimientos, su misterio… El concepto //g.bang/// se centra en la arquitectura provocadora de sensaciones, hasta cierto punto arriesgada, que se bautiza a menudo como “arquitectura sexy”, y esto ocurre cuando su poder de atracción tiene que ver con un adecuado discurso y pensamiento teórico, cuando revela sensaciones o usos insospechados sin olvidar los propios de su programa, cuando existe inteligencia y concepto detrás de una “forma bonita”. Digamos que para hacer arquitectura hay que ser un niño gamberro y, al mismo tiempo responsable: gamberro, para captar la atención desde fuera y crear misterio, movimiento, sorpresa desde dentro; responsable, para que responda adecuadamente a una determinada organización social y a planteamientos constructivos y económicos coherentes.